Parece como si el tiempo que nos toca vivir sucede con tanta rapidez, que sin darme cuenta apenas me queda un día del mes para contar alguna de las vivencias de estas semanas.
Tiempo de reencuentro con la rutina diaria, con el trabajo de nuevo. Intentando que la parcela que ocupa en nuestra mente, no sea demasiado usurpadora del resto de nuestra actividad. Consiguiéndolo a veces, pero no otras. Disfrutando de los fines de semana hasta exprimir los últimos minutos del Domingo.
Como en la vieja canción: Melancolía en Septiembre.