Como si de una atracción de feria se tratara, colocó una tela morada sobre sus artefactos para que no pudieran ser vistos antes de tiempo. Minuciosamente dispuso cada uno de ellos en el lugar que previamente había diseñado, sobre las cajas de cristal que semejaban una alacena. Las alfombras de colores una sobre otras cubriendo el suelo para que cuando caminara con sus zapatillas, se amortiguara su peso y evitara cualquier contacto no deseado con los pedales. Después de 4 horas de espera, les vió entrar uno a uno y como se sentaban todos. Cuando la luz se apagó y la voz desde el techo dijo su nombre, apareció con su guitarra y empezó a tocar.
Así Pat Metheny inició un concierto lleno de sorpresas empezando por su fabuloso Orchestrion. Una serie de instrumentos colocados estratégicamente que tocaban solos a modo de pianola, mientras él interpretaba los temas con la guitarra y con los pies accionando automatismos dispuestos estratégicamente en el suelo. Las teclas del piano se movían frenéticamente como si su compañero durante más de 20 años Lyle Mays estuviera invisible tocando.
El xilófono, la batería, el bajo, la guitarra eléctrica y las campanillas de percusión, todo sonaba con la precisión del metrónomo que Metheny había ideado.
Una experiencia única escuchar a este fabuloso artista de Jazz, elevando la técnica a la categoría de arte.
Imperdible.