Así como si se tratase de un mecanismo de relojería funcionó el show de la Reina del Pop. Video sincronizado con el baile y las canciones, a la vez que un escenario planificado al milímetro con los músicos en plataformas que se movían por todo el escenario, DJ que pinchaban efectos especiales de versiones de sus temas y una Madonna que campaba a sus anchas y los más de 20 bailarines la acompañaban en la la coreografía. Un espectáculo imperdible tanto para sus fans actuales como para los que lo fuimos al verla en el video de «Into the Groove» alla por la década de los 80.
Tanto Tili como yo disfrutamos de lo lindo gracias a un artilugio imprescindible en un concierto cuando estás en la Grada contraria al escenario: Los maravillosos prismáticos. De no ser por ellos hubiéramos padecido porque las pantallas gigantes no eran tales. Las dimensiones de las dos pantallas laterales al escenario hubieran ido perfectas para un Palau Sant Jordi, pero no eran suficientes para El Estadi Olimpic.
Madonna cantaba de vez en cuando, pero tuvo la ayuda constante de las dos chicas del coro. Ya no está para estos trotes y su voz en las canciones rápidas se resentía en las notas altas. En cambio cuando cantó canciones lentas y suaves, se mantenía entonada.
El conjunto nos asombró por la intensidad tanto del baile como del ritmo de las canciones ( muy estudiado el orden de las canciones para que nunca decaiga la atención del espectador) y fué in crescendo el show hasta que llegó a su punto culminante con «Like a Prayer» en que todos nos integramos cantando la canción.
La parte emotiva y humana se vió reflejada al homenajear a Michael Jackson con un bailarín que vestido igual que él bailó un poutpurri de sus temas. Mientras en el video del escenario su fotografía nos acompañaba. Dedicó Madonna unas palabras a la persona de su staff que falleció cuando se montaba el escenario de Marsella.
En otro momento del Concierto, una estructura bajó al escenario y en ella un pianista y encima del piano Madonna cubierta con una capa oscura cantaba un tema emotivo de la Opera Evita, envuelta de un video holográfico que simulaba gotas de lluvia, nieve.
El espectáculo no sólo fueron las canciones y los bailes, ver a Madonna implica mucho más. Como dijo una espectadora muerto el Rey sigue la Reina.