Para mi, el viernes por la noche ha sido la vía de escape a las tensiones acumuladas durante la semana. Una cena, tomar algo en buena compañía, ir al cine o escuchar música en vivo, se convierten en la panacea que cura las heridas infligidas al guerrero urbano.
Pero como en todo, hay viernes memorables que se recuerdan aún pasado mucho el tiempo:
La noche de Ayer en EL CAFE DE LES DELICIES con el espectáculo DONA CANÇO y las horas que la siguieron serán guardadas en un espacio fijo de mi memoria para siempre.
Acompañaba a Lucila (Laske) como hago a menudo para apoyarla en su carrera de cantante y actriz, ya que estrenaba canciones con su nuevo guitarrista Pepe Camacho. Desde el primer abrazo con Alicia Martel, voz prodigiosa y mejor persona, a la que no veía desde hacía mas de un año, cuando aparqué mis clases de canto para darme un tiempo y ver mis metas y objetivos desde otro ángulo, hasta el taxi que nos llevo a casa a Lucila y a mi, se sucedieron instantes llenos de emoción. Las cuatro mujeres, de ahí el nombre de Dona Cançó, estuvieron a un nivel excepcional y el público entregado aplaudiendo con ganas a todas ellas, pero las sensaciones fueron únicas cuando las casi 50 personas cantábamos al unísono con Alicia al piano, dejándonos llevar y siendo tal cual somos disfrutando como niños.
Conocí a nuevos admiradores de Lucila, personas extraordinarias y departimos charlando hasta bien entradas las 2 de la mañana. En especial con Sergi del que Lucila me había hablado, se produjo una conexión especial.