Escuchaba lo que me decían sus ojos cuando me miraban; como siempre sus manos también me hablaban cuando las movía de esa forma tan especial. Desde que la conocí supe que había algo en su esencia muy cercano a mi. Y no me equivoqué. Cuando nos encontramos se vuelve a producir la magia, aunque el tiempo pase y nos veamos menos que antes. Ella es mi amiga.