Como ya suele ser habitual, el hombre del tiempo no se puso de acuerdo con los astros y la lluvia nos sorprendió el Jueves en Barcelona. De haber acertado en sus pronósticos, el día anterior Tili y yo no nos hubiéramos atrevido a ir al Dora Opera Café a escuchar a nuestra amiga Natasha Tupin que interpretaba a De Bizet, Verdi y Donizetti. Gozamos de una audición preferente al tenerla a ella y al tenor Adrian Castagnino que la acompañaba, cantándonos como si estuviéramos en el living de nuestra casa.
El viernes por la noche a eso de las 9 nos dejamos caer por nuestro Lounge Bar preferido: Saborian y sin saberlo tenían una propuesta degustación de tapas. Lo que tiene este Bar es el encanto y simpatía de sus propietarios y también su buen hacer. Tal como habitualmente en Argentina cuando se cambia la carta de los Restaurantes, se invita a los clientes fieles a probar los nuevos platos, así nos obsequiaron a nosotros. Es una forma de hacer marketing que promueve el «boca a boca» y les hace ganar clientes.
Y como colofón de esta semana, el sábado consultando en Atrápalo a donde podíamos ir, invité a Tili a un concierto en una Sala junto al teatro Apolo. Lleva su mismo nombre y programaban un concierto de un grupo desconocido para mi, pero del que tenía referencias por su relación con el nuevo tipo de distribución discográfica masiva: Internet. D’CALLAOS habían colgado sus dos trabajos en la red y gracias a eso y a su arte tienen un público fiel y entregado.
Lo pudimos comprobar in situ, se sabían sus canciones y bailaban al ritmo de la interpretación que Maribel Martín, su cantante realizaba. Los músicos que la acompañaban, tanto el guitarra española como el guitarra eléctrica, me sorprendieron por su calidad. Me transportaron a mis 20 años cuando el grupo Triana decía: «Abre la puerta niña……